Marketing Psicográfico, así funciona la publicidad hoy con nuestros datos.
El marketing psicográfico salió a la luz con el escándalo de
Cambridge Analytica y Facebook, en el que se comercializaron los datos de
millones de usuarios de esa red social, y también durante las últimas
elecciones presidenciales en EEUU, donde la ex candidata Hillary Clinton y el
congresista demócrata Adam Schiff llamaron al MP como “las artes oscuras” del
marketing.
La psicografía tiene el potencial de transformar la manera
en la que los especialistas en marketing entienden e influyen en la toma de
decisiones. Los críticos sugieren que la psicografía, basada especialmente en
perfiles de personalidad y desencadenantes emocionales, podría volverse
rápidamente distópica.
Pero, ¿qué es la psicografía?
Es el estudio de los consumidores en función de sus
Actividades, Intereses y Opiniones. Los especialistas lo llaman AIO. Esto va
más allá de clasificar a las personas en función de datos demográficos
generales, como edad, sexo, o la nacionalidad. La psicografía se centra en la
comprensión de los atributos cognitivos, como las emociones, los valores y
actitudes de los clientes, entre otros factores psicográficos.
Los profesionales del marketing, los anunciantes y los
investigadores aprovechan este enfoque para crear “perfiles psicográficos” de
los consumidores. Estos perfiles ayudan a los investigadores a comprender las
motivaciones y las opiniones de los consumidores que pueden impulsar las
“tácticas de mensajería”. Esto nos lleva más allá de la publicidad ordinaria,
como los anuncios publicitarios directos, los anuncios televisivos, o los
banners publicitarios. Estos enfoques tradicionales tienden a dirigirse a
grupos demográficos completos, como “hombres de 18 a 34 años”, “mujeres de más
de 50”, “habitantes de clase media alta”, etc. Pero un perfil psicográfico va
más allá, y contiene información sobre los intereses de la persona, los pasatiempos,
desencadenantes emocionales y elecciones de estilo de vida, entre otros datos.
Esto proporciona una idea de por qué alguien podría comprar un producto
específico, apoyar una causa determinada, votar de cierta manera, y mucho más.
Por ejemplo, la consultora política Cambridge Analytica creó
un perfil psicográfico que ubicaba a las personas en un segmento de mercado
particular según la premisa o ausencia de 5 rasgos de personalidad, conocida
como OCEAN:
Openness (franqueza), Conscientiousness (escrupulosidad),
Extroversion (extroversión), Agreeableness (amabilidad), y Neuroticism
(neuroticismo). Al usar esta información las marcas pueden personalizar los
mensajes y el tono discursivo en consecuencia. A menudo, los especialistas en
marketing combinan los datos demográficos y psicográficos para obtener una
visión más integral del consumidor. Al hacerlo proporcionan mensajes
personalizados aumentando las posibilidades de impacto. Por ejemplo, imagínate vender una barra de
cereal vegana. Podrías publicar un anuncio de Facebook dirigido a atletas y
entusiastas de la actividad física, y tal vez tener éxito. Pero con marketing
psicográfico, podría ser un poco más específico ofreciendo tu barra de cereal
energética vegana a un segmento de veganos que sienta un fuerte rechazo por el
maltrato animal, o a personas conscientes de su salud que se sienten culpables
cuando comen barras energéticas azucaradas.
En una economía basada casi exclusivamente en clics, ya sea
en productos en mercados online o en contenido publicado, el tiempo que
transcurre entre el anuncio y la “compra”, o la “conversión” disminuyen en
cuestión de segundos y hace que cada opción cuente de manera importantísima.
El marketing psicográfico, que juega con las características
subconscientes de la personalidad, se adapta perfectamente para beneficiar
económicamente a los anunciantes y sacar provecho de la impulsiva toma de
decisiones.
De acuerdo a un experimento de 2009, la orientación
conductual informada psicológicamente aumenta las tasas de clics en un 670%. O
sea, un público 670% más vulnerable a la manipulación.
Un estudio posterior, uno de los primeros en probar la
efectividad de la publicidad dirigida, mostró que debido al “efecto de
propensión” del marketing psicográfico para generar clics, estas estrategias
publicitarias superan a la publicidad tradicional en un factor de 2 a 1. Si el
mensaje es tan efectivo como los datos que lo sustentan ¿cómo las compañías
consiguen esta información?
Durante una presentación pública en una cumbre anual en septiembre
de 2016 el CEO de Cambridge A., Alexander Nix, le dio al mundo una de sus
primeras visiones de las técnicas psicográficas utilizada por la compañía.
Hablando sobre su trabajo en Cambridge en la campaña presidencial de Ted Cruz
en EEUU, Nix reconoció que su compañía había adquirido “de 4 a 5 mil puntos de
datos por cada ciudadano estadounidense”. Pero no dio detalles de cómo lo había
adquirido.
Hay varias formas diferentes de recopilar y analizar datos
psicográficos:
·
Grupos de enfoque tradicionales/entrevistas
·
Datos de visualización del decodificador
·
Encuestas/cuestionarios
·
Diccionarios psicolingüísticos
·
Análisis del sitio web (ej. Google
Analytics)
·
Buscando datos
·
Redes Sociales (me gusta, clics, tweets,
publicaciones, etc.)
·
Analítica de terceros
Con cada fuente de datos los investigadores pueden obtener
información sobre las preferencias del consumidor ya sea directa o
indirectamente. Y aunque los métodos de recolección de datos puede consumir
mucho tiempo, la gran cantidad de información recopilada es tremenda.
Por ejemplo, el principal producto que Cambridge Analytica
vendió a sus clientes políticos como Ted Cruz y Donald Trump fue una
“estrategia publicitaria de vanguardia”. Para diseñar y entregar estos
anuncios, sin embargo, necesitaba datos, pilas y pilas de datos. Y dónde mejor
encontrarlo que en una red social con 2 mil millones de usuarios en todo el
mundo, contando hasta lo más mínimo de su vida, y así llegaron a Facebook.
En 2015, Cambridge A. contrató al Dr. Alexander Kogan,
investigador psicológico del Centro de Psicometría de la Universidad de
Cambridge, para desarrollar una aplicación de Facebook llamada “This is your
digital life” (esta es tu vida digital) un cuestionario de personalidad online.
Hoy se sabe que Cambridge A. recolectó datos de usuarios de Facebook en gran
parte de esta app, violando los términos de servicios. A pesar de toda la
atención que recibió este incidente sensacional no es el único ejemplo de
adquisición de datos con sabor psicográfico. Hay muchas maneras legítimas de
recopilar datos, y el psicográfico es la frutilla del postre en este momento.
Un postre que le hace agua la boca a cualquier CEO que tenga la oportunidad de disfrutar el menú de Big Data.
[Fuente: https://www.cbinsights.com/research/what-is-psychographics/]
Leonardo Mesa.-
extremosampler
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